Foto: Archivo referencial
La leptospirosis es una de las enfermedades que pueden transmitir los perros a los humanos, siendo un problema de salud pública debido principalmente a la falta de diagnóstico y la ausencia de un esquema de vacunación adecuado en los animales, coincidieron expertos.
En entrevista este miércoles con Efe, el doctor Oscar Sosa, especialista en epidemiología, subrayó que una de las principales barreras para que esta enfermedad esté subdiagnosticada es que los síntomas que presenta el humano son muy generales.
Aseveró que los principales signos que alertan a una persona de tener este padecimiento son fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar en general.
Sin embargo, el especialista enfatizó que en caso de existir complicaciones puede dañar órganos como el hígado, lo que en ocasiones deriva “en una enfermedad hepática”.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la leptospirosis es una enfermedad zoonótica de potencial epidémico, que se presenta principalmente después de lluvias fuertes y es causada por una bacteria llamada leptospira.
El doctor Alonso Prado Masias, director global de Marketing y director técnico de Vacunas Animales para Boehringer Ingelheim, explicó que las bacterias de leptospira que tiene el perro se excretan a través de la orina, heces, saliva y secreciones respiratorias de los animales.
El especialista señaló que esto es un problema porque la orina se puede alojar en charcos o estanques de agua donde la leptospira puede vivir durante muchos meses e infectar a otros animales que beben de esa agua, tienen heridas en la piel o en las patas.
Para que un humano se contagie con esta enfermedad, ocurre algo similar, ya que la transmisión se da a través del contacto directo de agua contaminada con la orina que penetra el cuerpo principalmente a través de lesiones de la piel, mucosas de ojos, nariz y boca.
“Las leptospiras se pueden alojar en los riñones de la mascota que puede aparentar estar sano pero excretando esas bacterias al medioambiente y contaminando a otros, de ahí la importancia de vacunar”, aseguró Prado Masias.
Resaltó que por fortuna la leptospira no es una bacteria resistente y, a menudo, con el antibiótico que se receta para otra enfermedad, el paciente puede curarse. Aunque el doctor no hubiera realizado un buen diagnóstico.
Por ello, recalcó, es importante que los médicos piensen que existe esta interacción de la enfermedad entre animales y humanos. “Lo más importante de resaltar es que como área médica humana tendríamos que pensar y reforzar en nuestros médicos para que lo sospechen”, dijo.
Agregó que es muy probable tener animales portadores de la infección, que no manifiestan la enfermedad y simplemente están distribuyéndola en el medioambiente donde viven e infectando a personas o a otros animales.
En México, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE) existen cerca de 28 millones de perros, 70 % de ellos son callejeros.
Esto representa un riesgo para la salud pública ya que muchos no tienen un esquema de vacunación. EFE