Mindfulness, ¿la ‘vacuna antiestrés’ para los niños en época de confinamiento?

NINA

Foto: Anadolu

Es bien sabido que la pandemia del coronavirus ha afectado a los adultos en temas de salud, económicos, laborales y sociales. Pero mientras ellos buscan salir de esta crisis y los medios se ocupan de los estragos o soluciones a este agobiante periodo, muchos ignoran que sus hijos o menores de edad también pasan por un momento complicado a causa del encierro, y muchas veces se han convertido en grandes víctimas de esta cuarentena.

Según el doctor Jorge Eslava, neurólogo infantil del Instituto Colombiano de Neurociencia, el “88% de los niños en Colombia tiene signos de haber sido afectado en su salud mental por el confinamiento”.

Así, surge una preocupación más para los padres que ven que sus hijos han presentado alteraciones en las habilidades académicas (el 42%), problemas para dormir o despertarse (el 41%) o han adoptado actitudes agresivas (el 36%), revela Eslava.

“Es urgente tomar cartas en el asunto y accionar. Estos resultados alarmantes son solo la punta del iceberg de lo que les está sucediendo a los niños, no solamente en América Latina sino en el mundo entero”, sostiene Cynthia Zak, fundadora del sistema Yomu y experta en mindfulness, yoga, música y meditación. “El confinamiento, la imposibilidad de salir a jugar y las largas horas frente a las pantallas han minado la mente de los niños; y tenemos la obligación de hacer algo de inmediato”.

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La argentina Zak advierte que se debe hacer frente al estrés provocado por la pandemia y la mejor manera de hacerlo es con el mindfulness, una técnica que significa “atención plena. Es estar aquí y ahora en el presente”.

“Mi mente tiene una tendencia a ‘rumiar’ cosas que sucedieron, quedarse pegada a memorias, o una proyección hacia el futuro que en la mayoría de los casos es bastante oscura: los miedos, las ansiedades”, explicó Zak en entrevista con la Agencia Anadolu. La experta subraya que allí yace la importancia de practicar mindfulness y Yomu, un sistema creado por ella misma hace 10 años que involucra, además de las herramientas del mindfulness, neurociencia, inteligencia emocional, respiración y música, siendo esta última el pilar de Yomu.

Para Zak, el sistema Yomu ha sido el resultado de una trayectoria de 30 años en los que se ha formado en yoga, meditación y conformado un grupo interdisciplinar con el que trabaja para construir canciones, talleres y ayudar tanto a adultos como a niños a canalizar y controlar las emociones negativas, además de contrarrestar el estrés crónico que es tan común en estos días de encierro.

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“Empecé a traer equipos y profesionales adecuados por lo menos desde hace seis años que estamos trabajando sólidamente con Yomu, es un crecimiento de estas disciplinas y hay una demanda del mundo de traer un sistema que pueda ser incorporado en el día a día”.

La neuropsicóloga describe el estrés como “un mecanismo adaptativo natural del organismo a una situación que vivimos como una emergencia que me pone en situación de amenaza o peligro”.

En el caso específico de los niños, según Schwartz, los niños experimentan estrés al ser cohibidos de las cosas que para ellos son esenciales como la socialización con pares en la escuela y salir a jugar para distraerse de los problemas que existen en casa, y destacó además que ellos se ven afectados por esto, teniendo en cuenta que la conflictividad intrafamiliar también ha aumentado desde el inicio de la pandemia.

Para Schwartz, no hace falta esperar a que acabe la pandemia para ver las consecuencias en la salud mental de los niños.

“El estrés sostenido, a lo largo del tiempo, llamado distrés, se vuelve malo para el organismo. Este exceso de secreción de las hormonas del estrés que son la adrenalina y el cortisol, porque está permanentemente activado este eje, va generando efectos de modulación a nivel neuroinmunoendocrinológicos”. Anadolu