Uso medicinal del cannabis en Panamá lucha contra el tiempo y el Gobierno

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La ley del uso del cannabis medicinal en Panamá, donde en la Comisión de Salud del Parlamento se presentó este lunes un informe del anteproyecto, lucha contra el rechazo por parte del Ministerio de Salud del país, el tiempo que es poco, y el costo político que tendría para los diputados en periodo electoral.

El diputado opositor Crispiano Adames, presidente de dicha comisión, destacó que “el ministerio tiene una posición, la experiencia en otros países sustentan algún grado de certificación del cannabis medicinal como uso terapéutico, estamos conversando y seguiremos conversando”.

El Gobierno sostiene su rechazo basado en que la marihuana es la droga ilegal de mayor consumo en el país, además de ser causante de trastornos mentales incluyendo adicción y psicosis y que legalizar la siembra de producción de la materia prima conlleva un riesgo de potenciales desvíos en su uso.

Adames agregó que en estos tiempos de política, a los diputados que apoyen este proyecto puede costarles de manera política, aunque en su caso “no hay temor, cuando se trata de un bien para la salud del pueblo”.

Apuntó que el tiempo es poco y que esto complica todo, pero “se han definido posiciones claras de la personas que sufren y su familiares sufren. En base a esos sufrimientos, consideramos que debe haber una perspectiva de evaluación con respecto al cannabis medicinal”.

Precisamente, Luris Higuera, paciente de artritis reumatoide y presidenta de la Asociación Cannábica de Panamá (Acapan), señaló a Efe que están pendientes de cerca a todas las modificaciones del proyecto de ley y ve con positivismo que se le “esté dando la importancia debida”.

“Lo importante es que podríamos tener acceso, al igual que pacientes de países de primer mundo, a otras soluciones a diversas patologías”, señaló.

El consumo de medicamentos elaborados a base de cannabis es legal en varios países latinoamericanos, entre ellos Colombia, Uruguay y Perú, y en una veintena de estados de EE.UU., así como en Canadá e Israel.

Sobre la demora, dos años lleva el proyecto de ley en discusión, Higuera apuntó que “puede ser por intereses económicos, interés político y desconocimiento”, informa Efe.

“Con esto se debe hacer una gran tarea de educación. No todas las personas saben que el cannabis medicinal es diferente al que usan para fumar. Es un tema de estereotipos, porque también piensan que puede darle una mala reputación al país que consume cannabis”, sentenció.