La Organización Mundial de la Salud (OMS) clausuró su asamblea anual con la firma de una resolución propuesta por 19 países miembros -entre ellos España- en la que se pide una mayor transparencia en los precios de los fármacos y el apoyo a la producción de éstos en países en desarrollo.
La resolución, que según fuentes de la OMS no tuvo el consenso de todos los asistentes a la asamblea -la industria farmacéutica no aprueba algunas de las propuestas- expresó su “grave preocupación por los altos precios de algunos productos sanitarios, y el desigual acceso de los Estados miembros a ellos”.
Ante esto y “la diversidad de datos sobre la cadena de valor de estos productos” la resolución urge a la OMS y los países miembros a “tomar medidas apropiadas para compartir públicamente información sobre los precios netos de los productos sanitarios”, según el borrador de la propuesta.
También se pide a los productores una información completa de “ingresos de ventas, precios, unidades vendidas, costes de mercado, subsidios e incentivos”.
Además, solicita “que se siga apoyando a los Estados miembros, especialmente a los países de ingresos medios y bajos, en el desarrollo de políticas nacionales que sirvan a la transparencia del mercado de productos sanitarios”.
Ello debería contribuir a “las capacidades nacionales de producción”, así como a “la rápida adopción de productos genéricos y biológicos similares a los convencionales”, destacó el texto propuesto.
La resolución también fue promovida por países como Brasil, India, Italia, Grecia, Rusia o Portugal, entre otros.
La adopción del documento sirvió de colofón a nueve días de reuniones de la Asamblea Mundial de la Salud, que el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, cerró con un discurso en el que lamentó recientes ataques a trabajadores sanitarios en zonas en conflicto, como Libia o la República Democrática del Congo.
“Nuestra visión es la de un mundo en el que la poliomielitis sea erradicada, en el que se preste atención a olvidadas enfermedades tropicales, en el que finalicen las epidemias de tuberculosis, VIH o malaria (…) o en el que la industria del tabaco cierre porque nadie quiera sus productos”, concluyó. EFE