Un casco de bicicleta que permite usar cómodamente un implante auditivo, una revolucionaria prótesis impermeable que permita hacer surf con ella puesta, un sistema para recargar el aparato con el movimiento del cuerpo.
Esas son algunas de las propuestas para mejorar la vida de los sordos salidas de la mente de los niños que han ganado un concurso de ideas convocado por MED-EL, una empresa austríaca de implantes auditivos.
Diez jóvenes inventores e inventoras, de entre seis y diez años, han sido los elegidos entre las 341 niños de 19 países que presentaron sus ideas a este concurso.
El español Fernando Linares Tavárez, de ocho años, y la chilena Trinidad Medina Riquelme, de seis, son dos de los ganadores, junto a niños de Reino Unido, Sudáfrica, Bielorrusia, Estados Unidos, Australia, India y Alemania, de un concurso cuyo premio ha sido un viaje de tres días, que termina mañana, junto a sus familias, a Innsbruck, donde MED-EL tiene su sede central.
La empresa asegura que lanzó esta iniciativa porque mucha gente con problemas de audición espera años, en gran parte por falta de información, antes de decidirse a usar un audífono o un implante, tiempo durante el que pierden calidad de vida.
Esta ha sido la segunda edición del concurso que bajo el nombre de “ideas4ears”, la empresa MED-EL quiere convocar cada 9 de noviembre, Día Mundial del Inventor.
Este dispositivo, implantado quirúrgicamente, no aumenta el volumen de los sonidos, como hace un audífono, sino que los convierte en impulsos eléctricos que son trasladados directamente a los nervios auditivos de personas con sordera total o profunda.
Así, la inversión para permitir la audición en los dos oídos con estos implantes puede llegar a los 100.000 euros (113.000 dólares).
Fernando Linares, el padre de Fernando, denuncia que en España la ayuda que las familias reciben, por ejemplo si los implantes se aplican a uno o los dos oídos, depende de la situación financiera de la comunidad autónoma en la que viven, algo que, critica, “genera ciudadanos de primera o de segunda”.
Fernando recomienda que los niños que cumplen los criterios reciban un implante coclear lo antes posible, ya que, cuánto más pequeños, más fácil es la rehabilitación y aprendizaje que requiere.
En ese sentido, Medida afirma que cuando uno descubre que su hijo no escucha es un “golpe duro y cuesta asumirlo”, pero que no “hay que perder el tiempo sino ponerse manos a la obra”.
Las ideas presentadas por los niños son tan originales como prácticas, surgidas de su experiencia diaria o de sus familiares.
Así, Fernando, de España, ha inventado, en sus propias palabras, un implante coclear sumergible e invisible; Jaylin, de EEUU, ha diseñado otro más discreto porque no le gusta que la gente la mire.
A Trinidad, de Chile, no le gusta que al implante de su hermana se le acabe la batería cuando salen a pasear, y por eso propone que puedan cargarse son energía solar o con el movimiento.
Gracias al número de serie de los implantes, las familias pudieron tener un emotivo encuentro con los empleados de MED-EL que trabajaron en los implantes concretos que llevan sus hijos y que les permite tener una vida muy normal. Efe