Las técnicas de edición genética están generando una controversia que obligará a todos los científicos a participar en un debate sobre los límites éticos de su aplicación, según plantearon varios investigadores.
“Tendremos que pensar juntos, como la especie humana que somos, en cómo resolver cuestiones así”, reconoció en rueda de prensa en Madrid la estadounidense Jennifer Doudna, una de las diseñadoras del sistema CRISPR, capaz de cortar y pegar secuencias de ADN de manera eficaz y barata.
Doudna es, junto a la francesa Emmanuelle Charpentier y el español Francisco Martínez Mojica, ganadora del último Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina, de la Fundación del banco español BBVA, concedido en enero pasado.
Los tres fueron reconocidos por crear la famosa técnica del “corta-pega genético”, una herramienta diseñada por las dos investigadoras e inspirada en un hallazgo del científico español.
La técnica ya se está utilizando en miles de laboratorios de todo el mundo para hacer ensayos clínicos de todo tipo de enfermedades, incluido el cáncer y el sida, y en experimentos medioambientales, vegetales y veterinarios, entre otros. Efe
Sin embargo, ya se ha abierto un debate sobre sus usos, y Charpentier lo tiene claro: “Si se utiliza para curar pacientes es una buena idea”, pero “no para cambiar el ser humano. Ese es un límite que para mí no debería alcanzarse”.
Explicó que Reino Unido y Suecia investigan con embriones fecundados ‘in vitro’ para, en condiciones muy estrictas y con un límite de 14 días, intentar comprender las bases del desarrollo de ciertas enfermedades. “Pero modificar el genoma de un embrión para mí roza la línea roja”, advirtió la científica francesa.
“Mi opinión personal ha cambiado desde que creamos esta herramienta -comentó, a su vez, Doudna-. Creo que es fundamental entender el desarrollo del embrión del ser humano bajo unas líneas rojas apropiadas”.
Añadió que, cada día que pasa, oye hablar de enfermedades genéticas hereditarias. “Si pudiéramos evitarlas, habría que considerarlo. Deberíamos utilizar CRISPR para ayudar a la gente”, defendió.
Mojica, por su parte, no tiene “una decisión preestablecida”, pues la manipulación preventiva del ADN de embriones para evitar enfermedades es un tema conflictivo, según constató.
“En algún caso, podría estar justificado usar estas herramientas para modificar embriones humanos e incluso generar humanos modificados genéticamente, siempre y cuando no haya otra alternativa. Quizá lo que no sería ético sería no hacerlo, quizá”, advirtió.