Células madre podrían ser clave para tratar a niños con autismo: estudio

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Las células madre podrían ser la clave para tratar a los niños que padecen algún tipo de trastorno del espectro autista (TEA), según explicó a Efe Johana Ojeda, presidenta de la Asociación Bancos de Células Madre de México.

“Algunas investigaciones han demostrado que hay células en la sangre del cordón umbilical que expresan proteínas que simulan a las neuronas, las cuales ayudan a que se formen nuevas conexiones entre ellas”, aseveró Ojeda.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define a los trastornos del espectro autista como un grupo de afecciones caracterizadas por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo.

“Lo que se sabe hasta hoy es que pueden existir patrones en ciertos genes que se repiten en los pacientes con autismo. También se han observado fallos en la regulación del sistema inmunológico, inflamación cerebral o diferencias en la estructura del cerebro de los pacientes”, dijo Ojeda.

La complejidad de afectaciones que causa esta condición ha complicado que exista un tratamiento estándar para la misma; sin embargo, investigadores estadounidenses han encontrado esperanza para tratar el autismo, el cual no tiene cura.

“Desde hace tiempo se ha observado que las células madre, bajo ciertas condiciones, pueden liberar proteínas, conocidas como factores neurotróficos, que estimulan ciertos efectos en las neuronas y el sistema nervioso central”, explicó la especialista.

No obstante, señaló, esto no quiere decir que la células se conviertan en neuronas, sino que “envían señales para que las neuronas se activen y maduren o formen nuevas conexiones, lo que potencialmente pudiera ayudar al desarrollo del cerebro del niño”, aseveró.

El estudio más reciente al respecto es el realizado por científicos estadounidenses del Centro Duke para el Estudio del Autismo y el Cerebro, quienes administraron células madre a 25 niños de entre 2 y 5 años diagnosticados con TEA, y tras ello fueron evaluados con exámenes relacionados con el comportamiento.Efe