Las personas que tuvieron influenza incrementaron hasta seis veces la posibilidad de sufrir un infarto o un derrame cerebral, dijo este miércoles a Efe la doctora Patricia Cervantes.
La especialista aseguró que se han realizado varios estudios donde se observó que los pacientes que habían padecido influenza aumentaban las posibilidades de infartarse o tener un derrame cerebral.
“Lo más interesante es que no eran enfermos con antecedentes diabético o cardiópatas, eran personas sanas que habían tenido influenza y a la siguiente semana se infartaban de ahí se empezó a investigar el fenómeno”, explicó desde la Ciudad de México Cervantes, quien es directora médica para influenza en América Latina de Sanofi Pasteur.
Las observaciones médicas también determinaron que tras 40 días de haber tenido influenza, la gente presentaba eventos cerebrovasculares y lograron corroborar que esta enfermedad incrementa hasta cuatro veces la posibilidad de tener un derrame cerebral, esto en personas de cualquier edad.
La influenza, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una infección viral que afecta principalmente nariz, garganta, bronquios y ocasionalmente pulmones.
Aunque tiene complicaciones como la neumonía y en ocasiones pueden derivar en la muerte, la especialista enfatizó que en la actualidad ya se conformó la relación que existe entre la influenza y los infartos y derrames cerebrales.
Esto, subrayó, sucede porque cuando se presenta la influenza “el sistema de defensa responde a esa infección y causa una inflamación generalizada que incluye las arterias del corazón y de todo el cuerpo aunado con la liberación de toxinas y las mismas células de la influenza hace que sufran esos vasos”.
Agregó que de esta manera hay menos irrigación de sangre porque los vasos de se constriñen (aprietan) y al reducirse el volumen no llega la suficiente sangre al corazón o al cerebro lo que puede provocar el infarto o derrame cerebral.
La doctora Cervantes indicó que estas consecuencias se observaron tanto con la influenza estacional como el virus H1N1, cuya cepa circuló por primera vez en 2009 cuando se consideró un virus pandémico.
Resaltó que cada año hay brotes de influenza, sobre todo en la temporada invernal. “Esto no es un resfriado común sino una enfermedad de origen respiratorio grave que puede tener consecuencias más allá de solo las respiratorias”, sentenció.
Por ello, recomendó la aplicación de la vacuna contra la influenza cada año para evitar contagios cuyos mayores picos se presentan de septiembre a abril.
De acuerdo con datos de la División de Investigación de la Facultad de Medicina de la UNAM, en diciembre de 2018 se registraron 1.662 casos de influenza y 116 defunciones. Efe