Tras hacer una evaluación de los profesionales del sistema de salud colombiano[1], el centro de pensamiento Así Vamos en Salud identificó varias contradicciones entre las necesidades que tiene el país y la oferta de profesionales de la salud. Por ejemplo, mientras en los últimos años se viene aumentando la población mayor de 60 años, en el 2015 en Colombia sólo había 49 profesionales en geriatría y gerontología, de los cuales 6 trabajan en el exterior.
Lo mismo sucede con el campo salud mental, dónde se observa una tasa de suicidios de 5,5 por 100.000 habitantes, y para su manejo el país cuenta con 2 psiquiatras por cada 100.000 habitantes.
Los retos del recurso humano en el sector salud también tienen que ver con profesiones, distintas a la medicina, que tienden a desaparecer y que son fundamentales para la atención integral de la población. Este es el caso de la enfermería –cuyo déficit viene desde hace 30 años–, la nutrición y la bacteriología. En la atención de población infantil también se registra insuficiencia, pues se cuenta con 2,6 pediatras por cada 10.000 niños.
Sin embargo, estos datos muestran sólo la punta del iceberg de una problemática mucho más compleja, en lo que respecta al perfil de los profesionales de la salud que necesita el país. “La escasez de especialistas es un síntoma de un problema mucho más profundo. Este tema no se debe abordar exclusivamente desde las competencias de los profesionales de la salud, sino debe empezar por entender las necesidades del país” explica el doctor Augusto Galán Sarmiento, Director de Así Vamos en Salud.
Para buscar soluciones a esta situación, Así Vamos en Salud reunió a los sectores de la salud y la educación, en un foro que se realizó en el auditorio de la Cámara de Comercio de Bogotá (sede Chapinero) el 8 de octubre. De acuerdo a los análisis generados en las mesas de trabajo promovidas por el centro de pensamiento, se considera que los problemas del recurso humano están asociados a las siguientes causas:
- En Colombia se está formando profesionales médicos y enfermeras orientados a atender la enfermedad, y no a generar salud. Esta diferencia es importante pues si se busca preservar la población sana, se necesita profesionales de la salud entrenados para cumplir con ese propósito.
- La distribución de profesionales de la salud sigue concentrada en 5 grandes ciudades capitales.
Durante el Foro, también se reveló que el 52,9% de la concentración de profesionales en salud está en Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca, y solo 10 departamentos cumplen con el estándar para el recurso humano en salud, entendiendo éste como el grupo de enfermeras, médicos y parteras por cada 10.000 habitantes.
Al respecto, el doctor Juan Pablo Uribe, Ministro de Salud y Protección Social, comentó “esta situación es el resultado del modelo descentralizado que escogió el país, por lo que necesitamos un marco nacional para el talento humano con una gestión territorial”, también agregó “las mejoras de talento no se hacen por decreto, sino se hacen desde los territorios”.
Las diferencias con otros países
- Programas de posgrado: mientras en Colombia existen más de 150 especialidades médicas –cifra que va en ascenso– avaladas por el Ministerio de Educación, en los países desarrollados esta cifra oscila entre 30 y 40 (Weggemans, 2017).
- El médico de familia: en los países europeos, cerca del 50% de los profesionales de salud son médicos de familia, que son el eje del sistema de salud y garantizan la atención integral. En Colombia, sólo el 0,001% de los médicos registrados al 2018 tienen esta especialidad.
Déficit de profesionales de la salud en las regiones
De acuerdo a la estrategia mundial para los
recursos humanos en 2030 (Minsalud, 2018) el estándar para el recurso
humano en salud, entendiendo éste como el grupo de enfermeras, médicos y
parteras por cada 10.000 habitantes que se encuentran en un país o región,
incrementó su meta, que debe ser alcanzada para el año 2030. De acuerdo a las cifras reportadas por el Rethus,
Colombia no se encuentra muy lejos de cumplirla a nivel país, pero tiene como
gran reto redistribuir de manera equitativa el recurso que se encuentra
concentrado en las grandes ciudades para dar una cobertura mayor a aquellos
departamentos que presentan un importante déficit.