Un niño nacido en la actualidad afronta múltiples daños a la salud por el cambio climático, como crecer en un mundo más caluroso con riesgos de escasez de alimentos, enfermedades infecciosas, inundaciones y calor extremo, según un estudio global.
El cambio climático ya está perjudicando la salud de la gente al aumentar el número de eventos extremos y exacerbar la contaminación del aire, según el estudio publicado en la revista médica The Lancet. Y si no se hace nada para mitigarlo, sus impactos podrían sobrecargar a toda una generación con enfermedades y dolencias a lo largo de sus vidas.
“Los niños son particularmente vulnerables a los riesgos para la salud de un clima cambiante. Sus cuerpos y sistemas inmunológicos aún se están desarrollando, lo que los deja más susceptibles a enfermedades y contaminantes ambientales”, dijo Nick Watts, quien codirigió el estudio Countdown on Health and Climate Change.
Advirtió que el daño a la salud en la primera infancia es “persistente y generalizado” y tiene consecuencias para toda la vida.
“Sin la acción inmediata de todos los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, los avances en el bienestar y la esperanza de vida se verán comprometidos, y el cambio climático definirá la salud de toda una generación”, agregó Watts en una rueda de prensa en Londres.
La introducción de políticas para limitar las emisiones y el calentamiento global generaría un resultado diferente, dijeron los equipos de investigación.
En ese escenario, un niño nacido en la actualidad vería el fin del uso del carbón en Gran Bretaña, por ejemplo, para su sexto cumpleaños, y para cuando cumpliera 31 años viviría en un mundo con emisiones netas cero.
El estudio sostiene que si no se toman medidas para limitar el cambio climático, los niños serían vulnerables a la desnutrición y el aumento de los precios de los alimentos debido al alza de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos. Además, quienes vivan en zonas más cálidas sufrirían la propagación de enfermedades infecciosas como dengue y cólera.
Según los investigadores, una de las amenazas para la salud más inmediatas y duraderas del cambio climático es la contaminación del aire, por lo que pidieron medidas urgentes para reducirla mediante la introducción de combustibles y vehículos más limpios, así como políticas para fomentar el transporte seguro y activo, como caminar y andar en bicicleta.
La Organización Mundial de la Salud dice que en 2016 murieron siete millones de personas como consecuencia de la contaminación del aire ambiental y doméstica. La gran mayoría vivía en países de bajos y medianos ingresos.
“Si queremos proteger a nuestros hijos, debemos asegurarnos de que el aire que respiran no sea tóxico”, dijo Sonja Ayeb-Karlsson, especialista mundial en salud de la Universidad británica de Sussex y que participó del estudio. Reuters