El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, inauguró la asamblea anual del organismo con un mensaje de alerta ante el actual brote de ébola en la República Democrática del Congo, cuyo combate se ve dificultado por la violencia en ese país.
El brote en las provincias congoleñas de Kivu Norte e Ituri (noreste) es el segundo peor de esta enfermedad en la historia, con alrededor de 1.700 casos confirmados y más de 1.200 fallecidos, y los intentos de controlarlo se han visto dificultados por los ataques de grupos armados insurgentes a instalaciones sanitarias.
En uno de ellos, el pasado marzo, el epidemiólogo y especialista de la OMS en la lucha contra el ébola, Richard Valery Mouzoko, murió en el ataque a un hospital de Butembo, una de las ciudades afectadas por el brote.
La vacuna utilizada, que se desarrolló de forma urgente tras la epidemia de ébola que costó la vida a más de 11.000 personas en África occidental entre 2014 y 2015, ha mostrado una efectividad del 97 %.
La lucha contra la malaria también fue destacada por el máximo responsable de la OMS, quien recordó la puesta en marcha de los primeros programas nacionales de vacunación contra esta enfermedad el pasado mes en Malawi y Ghana.
En la presente edición de la Asamblea Mundial de la Salud se reconocerá oficialmente a Argentina y Argelia como libres de esa enfermedad, que afecta a 200 millones de personas cada año, algo que ya consiguieron el año pasado Paraguay y Uzbekistán.
Tedros subrayó la necesidad de seguir extendiendo sistemas de salud universal en todos los países, y en este sentido mencionó recientes avances hacia ese fin en Kenia, Sudáfrica, Filipinas, Egipto y El Salvador.
En todo caso, “no tiene sentido moral ni económico seguir gastando dinero en respuesta a emergencias sanitarias sin invertir en prevenirlas”, afirmó el director general, quien anunció la creación de una división de la OMS que trabajará en preparar a los gobiernos para afrontar futuras alertas sanitarias. Efe