Si la población no logra adaptarse al incremento de las temperaturas derivado del cambio climático, en el próximo medio siglo el número de muertes por olas de calor aumentará drásticamente en las regiones tropicales y subtropicales del planeta, seguidas de cerca por Australia, Europa y Estados Unidos.
Estas son algunas de las principales conclusiones de un estudio que publica la revista Plos Medicine, en el que participaron centros de investigación de 19 países, dirigidos por la Universidad de Monash, en Australia.
El trabajo, que recopila datos de 412 ciudades de 20 países, hace una predicción a futuro para los años entre 2031 y 2080, y relaciona la mortalidad con las olas de calor en diferentes escenarios en función de los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, adaptación y densidad de población.
Así, en el medio este de EE.UU. y algunos puntos del oeste, la variación porcentual de la mortalidad relacionada con estos fenómenos aumentaría entre 400 y 525% y, en el caso de Brasil, el incremento sería superior al 650% en comparación con el período 1971-2010 (este país aparece entre los más afectados, junto a Colombia o Filipinas).
Y en España, en los escenarios de altas emisiones de gases de efecto invernadero, la investigación estima que se producirá un incremento del 292% en las muertes causadas por olas de calor, en comparación con el período comprendido entre los años 1971 y 2010.
Según una nota de la Universidad de Monash, en un escenario extremo habría un aumento del 471% en las muertes por olas de calor en tres ciudades australianas: Brisbane, Sydney y Melbourne.
Los autores del estudio indican que los resultados podrían ayudar a los responsables de la toma de decisiones a planificar estrategias de adaptación y mitigación para el cambio climático, informa por su parte en una nota de prensa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), centro español que participó en esta investigación.
Según el investigador del CSIC Aurelio Tobías, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, los estudios más recientes demuestran que las olas de calor futuras “serán más frecuentes, más intensas y durarán mucho más por los efectos del cambio climático”.
“Si no podemos encontrar una manera de mitigar el cambio climático, de reducir los días de ola de calor, y ayudar a las personas a adaptarse a ellas, en el futuro habrá un incremento sustancial de fallecimientos relacionados con estos fenómenos, particularmente en los países más pobres, ubicados alrededor del ecuador”.
En este sentido, los autores recomiendan una serie de medidas de acción, entre ellas políticas o regulaciones específicas, planificación urbanística, la plantación de árboles en las ciudades, la accesibilidad de fuentes públicas de agua potable o la adecuación de las viviendas a las altas temperaturas.
Además, mejorar los servicios de atención sanitaria, la reducción de la pobreza, la redistribución de los recursos y la creación de un sistema de alertas de olas de calor. Efe