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Los muertos por el coronavirus no podrán ser enterrados donde quieran sus familiares ni tampoco tener una ceremonia de despedida, después de que el Gobierno chino haya emitido hoy un estricto protocolo para el tratamiento de los cadáveres, como parte de sus esfuerzos por controlar el brote.
Los restos de los fallecidos infectados por el nuevo coronavirus deberán ser incinerados en una funeraria designada y cerca de donde están, no serán transportados entre diferentes regiones y no serán preservados por entierro u otros medios, apunta un protocolo emitido por la Comisión Nacional de Salud, el Ministerio de Asuntos Civiles y el Ministro de Seguridad Pública.
Las tradiciones funerarias como una ceremonia de despedida están prohibidas y los cuerpos deberán ser desinfectados y colocados en una bolsa sellada por trabajadores médicos y no se podrán abrir después del sellado.
Las funerarias deberán enviar personal y vehículos especiales para entregar los cuerpos de acuerdo con la ruta designada, y los cuerpos deben ser incinerados en crematorios designados, subrayó la directriz.
Según los últimos datos, el número de fallecidos se elevó hoy hasta los 305 (46 más que el sábado), mientras que la cifra de infectados por esa enfermedad en territorio chino se situó en 14.380 (2.590 más que la víspera).
Hasta ahora todos los fallecidos se habían producido en China pero hoy se confirmó que un hombre de nacionalidad china falleció el sábado en Filipinas, donde había viajado desde Wuhan, epicentro del nuevo coronavirus. Efe