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El brote de neumonía causada por un nuevo coronavirus en China ha dejado ya al menos 132 muertos y 5.974 casos confirmados, cifra esta última que supera ya a la registrada en el gigante asiático entre noviembre de 2002 y julio de 2003 durante la grave epidemia del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS); en la provincia centrooriental de Hubei, cuya capital es Wuhan (el epicentro del brote), se han registrado hasta ahora 3.554 casos confirmados y 125 muertes. Millones de personas permanecen bajo una cuarentena ‘de facto’ en esa región para tratar de evitar la propagación del virus.
Pese a la gravedad del brote, las cifras provisionales -insuficientes todavía para sacar conclusiones- muestran que tan solo algo más de un 2 % de los casos de neumonía de Wuhan acaban en muerte, mientras que en el caso del SARS -que causó 348 víctimas mortales en China- la cifra fue de casi un 10%; el SARS provocó además 167 muertes en el resto del mundo, mientras que el actual virus todavía no ha causado ninguna víctima mortal fuera de China.
Eso sí, según los últimos datos oficiales, hasta la medianoche de ayer el número de pacientes en estado grave todavía se sitúa en 1.239, mientras que 103 personas ya han superado la enfermedad y han sido dadas de alta; el presidente de China, Xi Jinping, aseguró anoche que el coronavirus es “un demonio” y que las autoridades “no dejarán que se esconda” durante una reunión con el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Entre las últimas medidas tomadas por las autoridades, destacan la prohibición de erigir barricadas ilegales en las carreteras -surgieron en redes sociales vídeos de pueblos que empezaban a cerrar con arena sus accesos por carretera para impedir la llegada de forasteros que pudieran traer el virus consigo- o el cierre temporal de los lugares donde los ciudadanos podían depositar quejas sobre las instituciones.
Asimismo, resulta llamativo que las autoridades de un país que Reporteros sin Fronteras (RSF) considera el cuarto del mundo con menos libertad de prensa hayan ordenado a las cadenas de televisión por satélite que dejen de emitir tantos programas de entretenimiento y que, en su lugar, informen sobre la situación del coronavirus.
Pekín ha establecido un fondo de 4.400 millones de yuanes (634 millones de dólares, 576 millones de euros) para la lucha a nivel nacional contra la enfermedad, mientras que ha destinado al menos 1.500 millones de yuanes (216 millones de dólares, 196 millones de euros) extra a la provincia de Hubei para las tareas de prevención y control del coronavirus. EFE