Un equipo de investigadores ha demostrado el papel de la bacteria común Porphyromonas gingivalis (Pg), en el desarrollo del alzheimer y el potencial de los inhibidores de moléculas pequeñas para bloquear este patógeno, según un análisis publicado hoy en la revista Science Advances.
“Agentes infecciosos han estado implicados en el desarrollo y la progresión de la enfermedad de Alzhéimer anteriormente, pero las pruebas de su causalidad no han sido convincentes”, dijo el autor principal de la investigación, Stephen Dominy, cofundador de la farmacéutica Cortexyme, que ha promovido este estudio.
Dominy subrayó que por primera vez hay pruebas “sólidas” que vinculan “el patógeno gramnegativo, intracelular, Pg, y la patogénesis del alzheimer, mientras que también se demuestra el potencial de una clase de terapias de moléculas pequeñas para cambiar la trayectoria de la enfermedad”.
Para desarrollar esta investigación, los científicos identificaron la bacteria Pg, el patógeno clave en enfermedades crónicas periodontales (aquellas que pueden causar gingivitis y que pueden degenerar en pérdida de hueso o de inserción colágena) en los cerebros de pacientes con alzheimer.
En modelos con ratones, las infecciones orales de Pg llevaron a la colonización del cerebro y a una producción aumentada de la proteína Beta-amiloide, un componente de las placas amiloideas asociadas de manera común con el alzheimer.
Aparte de Pg, los científicos también detectaron las proteasas (enzimas que rompen los enlaces peptídicos de las proteínas) tóxicas del organismo en las neuronas de los enfermos de alzheimer.
Para bloquear la neurotoxicidad de Pg, los investigadores diseñaron una serie de terapias con moléculas pequeñas que tenían como blanco esas proteasas.
En experimentos preclínicos detallados en el análisis, los expertos enseñaron que la inhibición por COR388, el compuesto más prometedor y el sujeto del programa de desarrollo clínico de Cortexyme, redujo la carga bacterial de una infección de Pg en el cerebro, bloqueó la producción de beta-amiloide, disminuyó la inflación neuronal y protegió las neuronas del hipocampo, informa Efe.
La Porphyromonas gingivalis es una bacteria periodontopatógena altamente prevalente en la periodontitis, una enfermedad que junto a la gingivitis o pérdida de piezas dentales crean una disbiosis oral, la cual ha sido asociada en estudios epidemiológicos con el desarrollo de alzheimer.