Por años, los especialistas de la salud han ahondado en tratamientos que les permita lograr mayor efectividad en sus procedimientos. De allí el espacio que la medicina regenerativa ha tomado en diferentes tipos de terapias: homeopáticas, bioenergéticas, tradicionales, hasta en las estéticas.
Y es que la medicina regenerativa no es más que aprovechar las mismas sustancias del organismo para, de manera no quirúrgica, tratar patologías. De acuerdo al Doctor Felipe Buendía, Médico y Cirujano de antienvejecimiento y longevidad, y Magister de antienvejecimiento y estética, “éste tipo de medicina se utiliza hace mucho tiempo, con especial efecto en la medicina estética”. Incluso, el experto afirma que este tipo de medicina ocupa más del 70% de los tratamientos estéticos.
Así, es posible decir que nuestro propio cuerpo se comporta como una fábrica de sustancias que logran mejorar su funcionamiento, así como su apariencia. “El cuerpo está trabajando constantemente para fortalecerse así mismo, y tiene la capacidad de producir sustancias que pueden llegar a mejorar la reposición de volúmenes, mejorar la elasticidad y generar firmeza”, asegura Buendía.
Así, por medio de la extracción de estas sustancias, para posterior inyección, es posible devolverle la vida a la piel o a los tejidos a impactar. De acuerdo a Buendía, “normalmente se inyecta grasa o plasma rico en plaquetas, o es posible, de igual forma, utilizar sistemas emisores de energía, como lo es la radiofrecuencia y el láser. Todo esto provoca un estímulo en los tejidos de alerta al cuerpo para activar sus propios mecanismos de reparación y así aumentar la producción de sustancias como el colágeno, entre otros”.
Tratamientos como Venus Viva o el Nanoprone se basan en éste tipo de medicina que, en últimas, significan, de igual forma, un procedimiento más higiénico y seguro que una intervención quirúrgica, las cuales siempre tienen un riesgo alto de contaminación biológica.