Durante las vacaciones es común que los padres inscriban a sus hijos en diferentes actividades que impliquen alto rendimiento físico, para evitar los tiempos de larga exposición frente a pantallas de televisor o dispositivos móviles.
De hecho, es algo positivo que los niños y adolescentes aprovechen el tiempo de receso de vacaciones para adoptar alguna práctica deportiva como el fútbol, baloncesto, tenis, natación, entre otros. Sin embargo, los padres de familia deben recordar que cualquier exceso es perjudicial, y en el caso de los entrenamientos deportivos de alta intensidad podría incluso afectar la salud y el desarrollo de sus hijos.
Como explica el Dr. Carlos Gomezese, médico ortopedista y traumatólogo de Clínica La Colina, debido a su proceso de crecimiento, el sistema musculoesquelético de los niños es más frágil que en los adultos, por lo que su entrenamiento debe adaptarse a sus condiciones específicas. Por lo tanto, se debe evitar que la actividad deportiva durante las vacaciones supere sustancialmente los hábitos que se tienen durante la jornada escolar.
“Cuando los niños son sometidos a fuerzas exageradas, pueden sufrir lesiones en las estructuras en crecimiento denominadas fisis”, afirma el especialista. La fisis es la zona de crecimiento del hueso en los niños y se ubica junto a los extremos de los huesos largos del cuerpo; este punto se endurece durante la adultez y se transforma en hueso sólido. Sin embargo, debido a que durante la infancia esta área está en desarrollo, no es muy resistente, lo cual hace que se constituya como un punto débil y muy propenso a lesionarse en niños.
Las lesiones deportivas más comunes en menores de edad, por esta causa, son en la rodilla y en el tobillo; algunas incluso requieren intervención quirúrgica y largos periodos de incapacidad. “Una de las lesiones más graves que vemos es la ruptura del tendón, que va desde la rodilla hasta la tibia, por una fuerza extrema. Esto implica, además de una cirugía, posiblemente el final de la carrera deportiva de un niño”, comenta el ortopedista.
Teniendo en cuenta que la actividad física es esencial para el desarrollo de los niños, es importante que se tomen medidas apropiadas para que el deporte no afecte su salud. Para esto, se recomienda que lo hagan con personas calificadas, especialmente si se practica un deporte a nivel competitivo, para que el niño pueda ir poco a poco aumentando su resistencia y capacidad física.
El Dr. Gomezese agrega: “No es que no puedan hacer deporte de alto rendimiento, claro que pueden, pero con un muy buen preparador físico, quien debe ser responsable y entender las diferencias fisiológicas entre un adulto y un niño”. Por consiguiente, el rol de quienes lideran este tipo de actividades físicas es esencial, puesto que son ellos quienes deben velar por la integridad física de los jóvenes, teniendo en cuenta las particularidades de cada niño.