El Museo de Memoria de Colombia, una estructura incompleta y criticada por su estética

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El museo es considerado por muchos el edificio más feo de Bogotá y un elefante blanco.

Casi 15 años después de que se anunciara su construcción, el Museo de Memoria de Colombia (MMC), un espacio de reflexión dedicado a las víctimas del conflicto armado, sigue siendo una estructura de hormigón inacabada, considerada por muchos el edificio más feo de Bogotá y un “elefante blanco” con su inauguración aún lejana.

“No es un ‘elefante blanco’, no es una obra inconclusa”, defiende en una entrevista María Gaitán Valencia, nieta del asesinado caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán y directora del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), del que depende el MMC.

Para Gaitán, el Museo “ha tenido una historia compleja desde sus inicios” por la resistencia de algunos sectores a que se hiciera la obra, lo que incluye un pleito con la sucursal colombiana de la constructora española Obrascón Huarte Laín (OHL), que no cumplió con el contrato que estipulaba que debería iniciarla en 2020 y entregarla en 2022.

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Gaitán dice que en marzo próximo arrancará un nuevo esfuerzo para hacer realidad el Museo con un nuevo contratista.

El museo es una idea de nación y será un espacio para comprender la tragedia que ha significado la violencia para los colombianos, su impacto y responsables, y sobre todo un lugar para dignificar a las víctimas del conflicto armado.

La edificación de casi 15.000 metros cuadrados -un sótano y seis pisos- se levanta a un costado de la Calle 26 con Avenida de las Américas de Bogotá, donde llama la atención su cuestionable estética gris de hormigón coronada por puntas y sin ventanas a la vista.

Eje de paz y memoria

Al museo le han llovido críticas pero eso no amilana a Gaitán, quien dice que no se puede tener contento a todo el mundo, sobre todo en un país como Colombia “en donde somos reyes de la criticadera”.

“El museo no lo estamos pensando como un lugar, como un proyecto único, sino que está enlazado con el Eje de Paz y la Memoria, que comienza en el camino a Monserrate, cerro tutelar de Bogotá”, explica.

Ese Eje llega hasta el Museo y será ampliado con el apoyo de urbanistas locales a los que se han sumado franceses, españoles y sudafricanos.

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“La idea es que en Bogotá tengamos una caminata de memoria”, asegura, al tiempo que explica que espera entregar en 2026 todo el contenido del Museo para que la siguiente administración de Bogotá y del país lo ponga en funcionamiento.

El Eje de la Paz y la Memoria es un proyecto urbano diseñado por el hoy presidente Gustavo Petro cuando era alcalde de Bogotá (2012-2015), que busca convertir el centro de la ciudad en un memorial sobre la violencia y sus víctimas, que han marcado la historia del país.

De él hacen parte el Cementerio Central; el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación; el parque El Renacimiento y el Monumento a los Caídos en Combate de las Fuerzas Militares, para culminar con el futuro MMC.

Detalles de la obra

El MMC puede albergar hasta 3.300 personas en seis grandes espacios que corresponden a cinco salas de exposiciones y un auditorio llamado ‘sala de escucha’.

En el primer piso está el Umbral, compuesto por cinco plazoletas de espacio público y dos vestíbulos, en los cuales está la sala de experiencia del Fogón del Ubuntu (restaurante), tiendas del pueblo, de café, y la del Museo.

En los pisos dos al cuatro habrá cinco salas de exposición, un auditorio y áreas administrativas, y en el quinto y sexto estarán las terrazas y una cafetería.

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La idea central, explica Gaitán, es que ningún lugar del Museo “dejara de ser una experiencia de conflicto, de la resistencia y de la transformación que necesitamos vivir en Colombia”.

En esa dirección, el restaurante lo manejan las comunidades negras, afro, raizales y palenqueras porque “las mujeres reconstruyen memoria alrededor del fogón, y no solamente la memoria del conflicto sino la memoria de la diáspora y del viaje de África a Colombia”.

La cafetería la tendrán a su cargo los firmantes de la paz que han desarrollado emprendimientos relacionados con el café, el cacao y la panela, mientras que el apartado de los jugos y las frutas será para los campesinos.

Sin embargo, cuándo estará terminada la obra es aún una incógnita.

EFE