Aproximadamente 25 % de niños con bajo desempeño académico podrían padecer de déficit visual y no estar utilizando un medio de corrección, estimó en una entrevista con Efe el doctor Leopoldo Baiza Durán, responsable del consultorio Visión Pediátrica en México.
“A veces ni los padres ni el niño pueden detectar el problema, muchas veces el maestro es quien se da cuenta porque el niño tiende a acercarse al pizarrón, entrecierra los ojos para poder ubicar las letras, o le cuesta trabajo poner atención”, indicó el oftalmólogo pediatra.
Los tipos de déficit visual que estarían afectando a los niños en su desempeño escolar serían miopía, astigmatismo, hipermetropía, problemas en la córnea, inflamación intraocular, estrabismo, incluso cataratas.
Sin embargo, al hacer estudios, determinar la graduación y colocar anteojos, o utilizar otro medio de corrección, el déficit visual se resolvería y en muy pocos casos tendría secuelas.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 120 millones de personas en el mundo padecen discapacidad visual por errores de refracción no corregidos.
Del mismo modo, el organismo asegura que aproximadamente la mitad de todas las cegueras infantiles se pueden evitar o tratar.
El especialista explicó que no atender el problema podría convertirse en “una especie de círculo vicioso”, es decir, “el niño no ve bien, no pone atención, baja su rendimiento escolar, vienen las malas calificaciones y esto lo desmotiva más”, además de afectar sus relaciones sociales, explicó el especialista.
“Al ser niños que no tienen una agudeza visual igual a la del resto de sus compañeros, se tropiezan más o les lanzan un balón y no lo ubican, entonces tienden a ser niños un poco más retraídos, tímidos, que conviven poco con sus compañeros”, abundó.
Por ello, lo ideal es prevenir, pues dijo que “en la medida en que se hagan exámenes de rutina para descartar problemas, más frecuentemente se detectarán niños que tengan mala agudeza visual y se evitarán problemas de aprendizaje”.
Para Baiza Durán el momento en el que los niños ingresan a nivel preescolar y de primaria es importante para realizar pruebas de visión, debido a que hay muchos niños que “están acostumbrados a ver mal” y por lo tanto no lo expresan.
“Si se hicieron esas dos evaluaciones y todo estuvo bien, más adelante el niño mayor o adolescente va ser capaz de distinguir si no ve bien y decirle a sus padres”, señaló el especialista y resaltó que de esta forma el tratamiento podría ser más oportuno.
Algunas señales como dolor de ojos, de cabeza, náuseas y dificultad para leer o distinguir con claridad letreros, mientras caminan por la calle, podrían ayudar a los padres de familia a detectar si su hijo sufre de problemas de agudeza visual y así buscar atención médica.
Baiza Durán hizo hincapié en prestar atención a las señales o malestares que los niños manifiesten acerca de su vista y de esa manera prevenir que el déficit visual que podrían padecer continúe sin tratamiento mientras los niños crezcan, informa Efe.
“Hay menores a quienes se les detecta el problema en la vista hasta los 15 o 16 años, y ya tuvieron toda una historia escolar de mal rendimiento y eso ya no se puede recuperar”, concluyó el médico.