La fobia se deriva de diferentes tipos de trastorno como: la ansiedad, problemas en la salud emocional o problemas psíquicos que no representan un peligro real para la salud de las personas. Esta se caracteriza por genera angustia o miedo intenso ante diversas situaciones, cosas, animales o lugares y, aunque no constituye un riesgo para la salud, debe ser tratada por un médico experto.
Las fobias específicas son la alteración mental más común en las mujeres y la segunda entre los hombres. Estas se dan como consecuencia de los trastornos de ansiedad y, por tanto, hacen parte del cuadro clínico.
Según el doctor Juan Carlos Pinilla, médico psiquiatra adscrito a Colsanitas, “Las personas con fobias, cada vez que se exponen al objeto o situación específica, pueden tener manifestaciones somáticas como sudoración excesiva, taquicardia, hipertensión, hiperventilación, dificultad respiratoria, opresión en el pecho, calambres musculares y sonrojo”.
Existen diversas situaciones que pueden generar fobia a objetos, estímulos o experiencias determinadas que generan miedo irracional, persistente, exagerado y patológico, lo que conlleva a una necesidad imperiosa de evitar el estímulo temido. A continuación, cuatro aspectos clave sobre las fobias.
- ¿Cómo identificarlas?: Las fobias se clasifican en diversos tipos dependiendo la situación que la genere. Sin embargo, identificarla es fácil ya que los síntomas comunes que la revelan son: sentimiento de miedo, ansiedad y angustia, dificultad para respirar, contracciones musculares y subidas o bajadas de presión.
- Tipos de fobias: en la vida cotidiana, las personas pueden tener escenarios en los que pueden sufrir de temor o angustia como consecuencia del miedo a algún objeto, animal, una situación en particular o alguna experiencia. Para identificar la fobia de la que se padece, es importante identificar a qué tipo pertenece.
- Una situación duradera: esta fobia tiene la característica de que, el miedo, la ansiedad o la evitación, están presentes en un periodo mínimo de seis meses y pueden llegar a alterar en grandes proporciones el sistema central nervioso, ya que el miedo que siente la persona por los objetos o situaciones a las que teme pueden interferir con su rutina normal, su vida laboral, académica y social o bien provocar un malestar clínicamente significativo.
- Fobia social: esta fobia está directamente relacionada con el temor a objetos y situaciones que sienten amenazantes, sin que en realidad signifique algún peligro inminente para la salud. Este tipo de fobia incluye varias categorías como: el temor a los animales, a la naturaleza, al ambiente, a la sangre, las inyecciones, la altura y las lesiones, entre otras. La cifra de personas que la padecen oscila entre el 2 y 3% de la población.
- ¿Qué causa una fobia? Como en todos los trastornos mentales, hay una gran heterogeneidad causal; entre factores genéticos, biológicos, ambientales y de la experiencia de la propia persona.
Una fobia específica tiende a darse en la misma familia. Estudios científicos han demostrado que de dos tercios a tres cuartos de las personas afectadas tiene por lo menos un familiar de primer grado con fobia específica del mismo tipo.
Las edades en la que se presentan varían de acuerdo al tipo de fobia. En este sentido, la edad de inicio de las fobias de tipo natural ambiental; la fobia a la sangre; inyecciones y heridas, oscila entre los 5 y 9 años. Por el contrario, la edad de inicio más frecuente de la fobia de tipo situacional es mayor, se estima que se presenta a mediados de los 20 años.
- ¿Cómo tratar una fobia? Hay diversos tipos de tratamientos que las personas pueden llevar y esto depende estrictamente del tipo de fobia y la edad en la que se padece. El tratamiento puede llevarse con psicoterapia, farmacoterapia y/o el uso de otras terapias como la hipnosis, terapia de apoyo o incluso terapia familiar. En las fobias específicas se usa la terapia de exposición, un tipo de terapia conductual.