Para el médico brasileño Wellington Andraus, cuyas investigaciones resultaron en el nacimiento del primer bebé a partir del útero trasplantado de un cadáver, el éxito de la cirugía es “un ejemplo para el mundo” de que el procedimiento es “viable”, según explicó en una entrevista con Efe.
“El nacimiento de una niña sana y sin ningún problema a lo largo del embarazo ha mostrado a todo el mundo que el donante fallecido es factible” y “que el órgano (trasplantado) sigue viable para un posterior embarazo”, celebró el médico.
Si bien admitió un cierto “temor” de que “pasara algo malo” o que la paciente sufriera “una isquemia mayor”, Andraus cree que, tras los buenos resultados alcanzados, el procedimiento es un “ejemplo” para todo el mundo de que se trata de una alternativa “viable” que podría aumentar las opciones de concepción para las mujeres con problemas de fertilidad uterina.
“Nosotros venimos ahora a presentar una nueva modalidad que funcionó sin problemas para la paciente y quien ahora está contentísima”, conmemoró el médico.
Andraus reconoció que el procedimiento ha generado “polémicas”, sobre todo respecto a la “necesidad” de realizarse una cirugía de alta complejidad en pacientes que no corren riesgo de muerte.
“Sin dudas la polémica existe, por el hecho de tratarse de un trasplante de un órgano no vital. Es una discusión que existe, pero el trasplante de útero no es el único órgano no vital que es trasplantado”, ponderó.
Asimismo, opinó que se trata de “un procedimiento que mejora mucho la calidad de vida de una pareja que quiere tener un hijo biológico” y de “una madre que quiere quedarse embarazada”.
Añadió que existen muchas personas que hacen cirugías por cuestiones ajenas a enfermedades o problemas de salud, como las intervenciones estéticas.
El médico cree que la “discusión ética” sobre el trasplante de útero de un cadáver “ya está superada”, pues los fallecidos donan, también, otros órganos, como riñones, hígado y pulmones.Efe