El presidente de EE.UU., Donald Trump, llamó al rey Abdalá II de Jordania para comunicarle su intención de trasladar de Tel Aviv a Jerusalén la embajada estadounidense, una polémica decisión en torno a la que se están movilizando las autoridades palestinas y de los países árabes.
Según la agencia de noticias estatal, Petra, el monarca advirtió a Trump durante su conversación del “peligro de tomar cualquier decisión fuera del marco de una solución global que garantice el establecimiento de un Estado palestino con Jerusalén Este como capital”.
Asimismo, el rey jordano destacó que esta decisión “tendrá reflejos peligrosos sobre la seguridad y la estabilidad de Oriente Medio, y debilitará los esfuerzos de la Administración estadounidense para reavivar el proceso de paz” entre palestinos e israelíes.
Abdalá II insistió en que Jerusalén es la “llave” para alcanzar la paz y la estabilidad en la región y en el mundo, siendo Jordania el guardián de los santos lugares musulmanes y cristianos de Jerusalén Este.
El rey jordano también habló por teléfono con el presidente palestino, Mahmud Abás, al que Trump informó anteriormente de su decisión, que podría anunciar públicamente mañana, informa Efe.
El monarca mostró a Abás el “apoyo total de Jordania a los hermanos palestinos y sus derechos históricos sobre Jerusalén”, señalando “la necesidad de trabajar unidos para hacer frente a las consecuencias de esta decisión y para avanzar hacia la consecución de los sueños y los derechos de los palestinos”.
Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como capital de su futuro Estado, está ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días, de 1967, y fue anexionada en 1980 en una decisión unilateral israelí que no reconoció la comunidad internacional.