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Uno de cada cuatro residentes de la ciudad de Nueva York puede haber pasado la COVID-19, según un estudio que están llevando a cabo las autoridades y en el que se ya han hecho pruebas de anticuerpos a miles de personas.
El estudio, del que la pasada semana se ofrecieron unos primeros datos tras haber hecho 3.000 tests en todo el estado de Nueva York, se ha actualizado con los resultados de un total de 7.500 personas.
En la Gran Manzana, el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos, el número de positivos se eleva ahora al 24,7 % -frente al 21,2 % inicial-, por lo que se estima que más de dos millones de personas pueden haber sufrido ya la enfermedad en la ciudad.
En el conjunto del estado de Nueva York, el porcentaje de positivos se sitúa en el 14,9 %, fruto de las grandes diferencias entre la zona sur -donde se encuentran la ciudad de Nueva York, sus suburbios y otras zonas densamente pobladas como Long Island- y el resto del territorio, donde apenas un 3,2 % de los sometidos a pruebas tenían anticuerpos de la COVID-19.
Los datos confirman además que la comunidad latina se ha visto afectada de una forma muy desproporcionada, pues un 32 % de las personas estudiadas han padecido la enfermedad, frente a un 16,9 % entre los afroamericanos, un 14,6 % entre los asiáticos y un 8,9 % entre los blancos.
Las minorías se concentran especialmente en el área de la ciudad de Nueva York, la más castigada, mientras que el resto del estado, más rural, es principalmente blanco.
El gobernador del estado, Andrew Cuomo, apuntó en una conferencia de prensa que la investigación muestra que el virus está muy extendido en la Gran Manzana y que su mortalidad es menor de lo que se podía pensar en un principio.
Según subrayó, el Gobierno está llevando a cabo estas pruebas para conocer la realidad de la situación de la enfermedad, pero no va a utilizarlas para dar a nadie ningún tipo de certificado para poder volver a hacer vida normal, pues ni siquiera está claro que quien haya pasado el virus sea inmune, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). EFE