Uruguay detecta su segundo caso de leishmaniasis visceral en humanos

1915197Virus-Mayaro-Mosquito

El Ministerio de Salud de Uruguay confirmó hoy el segundo caso de leishmaniasis visceral en humanos en el país, tras diagnosticarse la enfermedad en una mujer en la ciudad de Salto (al norte).

La afectada, según indica un comunicado de la cartera, es portadora de varias enfermedades crónicas.

“Luego de su notificación, se realizaron estudios en la ciudad de Salto y en Montevideo, a través de los cuales se llegó al diagnóstico de esta enfermedad”, reza el texto.

La mujer afectada se encuentra ingresada y está recibiendo “el tratamiento indicado” para leishmaniasis.

“Tomando en cuenta la fecha de inicio de síntomas, este caso es cercano temporalmente al primero diagnosticado, por lo tanto, se considera que no sería resultado de una transmisión actual de la enfermedad en Salto”, añade el Ministerio.

Asimismo, el comunicado señala que las acciones previstas en el plan de respuesta ya están en curso con autoridades locales y el Sistema Nacional de Emergencias.

El primer caso de leishmaniasis visceral en humanos en el país austral se dio en diciembre del año pasado, cuando fue diagnosticado un menor también en el departamento norteño de Salto.

La enfermedad, cuyo síntoma más frecuente es la presencia de fiebre durante más de quince días sin otra causa que la justifique, está presente “desde hace años en los países de la región” latinoamericana.

En Uruguay, antes de estos dos casos, ya se había detectado leishmaniasis en perros, hace cuatro años, en los departamentos de Salto y Artigas (norte).

La leishmaniasis es causada por un protozoo parásito del género Leishmania, transmitido por la picadura de flebótomos infectados, y se manifiesta de tres formas principales: la visceral (la más grave), la cutánea (la más común) y la mucocutánea, informa Efe.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad afecta a las poblaciones más pobres y está asociada a la desnutrición, a las malas condiciones de vivienda, a la debilidad del sistema inmunitario y a la falta de recursos, así como a los cambios ambientales, como la deforestación o la urbanización.